lunes, 15 de febrero de 2010

TERCER DÍA EN BUSTO





sábado 13 de febrero


Surgió la idea de partir en tren hacia Luarca. ¡Bueno! no voy llevar la contraria al grupo, total, el faro está ahí y las cámaras ya tienen sus pilas, aunque no encuentro las que le ofrecí a José, pero la de Linda está lista para usar. Temprano nos fuimos, con algunas indicaciones que las fueron aprotadas a las mujeres. Preguntaron aquí y allá, y tomamos el camino rumbo a la estación. Andamos un largo trecho y nios sobrevino la duda ¿es por aquí? preguntaron en una casa a orilla de carretera, resulta que está como veinte minutos más atrás, por donde habíamos pasado. Una nueva consulta a uno de los habitantes del lugar y nos enrumbamos ya seguros a la estación, justo cuando el tren va partiendo. Perdimos el tren y el sol, porque comenzó a llover. Nos guarecimos en una caseta abandonada por un largo rato, mientras Margarita nos repartía chocolates para sobrellevar el frío y el cansancio. Volvimos entonces a la casa, con Margarita nuevamente como estelar protagonista de la cocina. Comimos frugalmente y se me ocurrió proponerles ir al faro, aprovechando que el sol reincidía (y el frío también).






Cuidamos llevar la cámara de Linda con las pilas puestas. Era la segunda oportunidad, así que tomamos el rumbo hacia el norte. Llegamos primero David, José y yo, y lo primero que hice fue dedicar las primeras tomas al faro ¡claro! no sea que los acontecimientos nos volvieran a ser adversos. Aquí están finalmente las fotos del Faro de Busto, suficientes para escoger e ilustrar el próximo poemario de Linda. Mientras esto sucedía caían copitos de nieve, preludiando nuevamente frío del bueno. Nos tomamos unas fotos individuales y otras en grupo, y luego volvimos a casa.


Comenzamos a conversar sobre el libro que está leyendo David, relacionado con la generación beat. Yo me dediqué luego a dibujar y al final, hasta bien tarde en la noche, ver televisión.

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