viernes 19 de febrero de 2010
Hoy nos regresamos a Madrid, tuvimos algunos momentos de tensión para esta vuelta, pero quisiera responder algunos comentarios de algunos seguidores. Comenzaré a incluir más mapas de los lugares que visitamos, es facil cuando se toman de googlemaps. He estado incluyendo más fotos, pero no se pueden identificar al pie, en todo caso se pueden reconocer por el texto donde van insertas. E
l afiche de Sed de Espumas fue mio, muy sencillo, con una imagen tomada de la convocatoria. Saludos a quienes nos leen y comentan, especialmente Eliseo,Yony, Laure, Wilder, Ricardo, Cherry y otros que no salen identificados. Avisen a más personas, fíjense que ahora tenemos un contador que va diciendo cuántos han ingresado.Lo de la tensión al regreso es que ayer todavia no teníamos
alojamiento seguro en Madrid, todos los hostales y pensiones llenos, y los hoteles impagables. Le hice una llamada al bueno de Ariel,propietario del hostal Lemus,donde nos alojamos inicialmente, y aquí estamos. Respecto a lo que comentaba ayer, en relacióna ciertas realidades de aquí que no son visibles al turista, hay mucho inmigrante tanto en Madrid como en Asturias, y supongo que esa será la tendencia en todo el país. Aquí se ven muchos americanos, entendiendo ecuatorianos, colobianos, venezolanos, cubanos y otros en menor cuantía. También hay Marroquíes, Rumanos y Africanos. Los americanos se dedican a a atender negocios, pero los unicos buhoneros que se ven con más frecuencia son los africanos. En las aceras extienden un mantel con cds de video y música,y están 
atentos por si les llega la guardia civil. Siempre les he visto en grupo. Esto ocurre con las naciones imperialistas, que siembran pobreza en las naciones dominadas y no hayan qué hacer con los inmigrantes. Lo mismo le pasa a los Estados Unidos. En una época Marruecos fue colonia española, y algunas naciones subsaharianas.Este martes 16, mientras paseaba mi tristeza por la plaza de San 
Lorenzo, en Gijón, Linda y Margarita, junto a Elena y Chicho, se fueron al pueblo de Candás. Yo ni sabía que andaban por esos lados. Tomaron el 
tren y se dieron su paseíto. Llegaron a la iglesia, donde está el cristo que fue decapitado por los republicanos en la Guerra Civil Española. Se le solicitó a un escultor que reconstruyera la cabeza, y se le pegó para que quedara casi como estaba al principio. Fijense que bajo sus pies hay una calavera. Aprovecharon de pasear por la playa. Es un pueblo 
de pescadores.
Despues de eso no se regresaron al hotel, siguieron de largo a una sidrería donde los propietarios, metidos de frentre con el carnaval, atendian a sus clientos disfrazados.
Se puede notar que la sidra se sirve dejando caer el chorro de la botella desde la altura que puede dar el brazo, para que se oxigene bien la bebida. 
La monja-mujer está sirviendo unos pinchos, que normalmente contienen varios tipos de carne.
ESPERO ME TRAIGAN UNA BOTELLA PLASTICA LLENA DE HORCHATA... LINDA SABE CUÁL ES, LA MÁS SABROSA Y NO ES CARA...!!!!!
ResponderEliminaruN ABRAZO Y QUIE SIGAN DISFRUTANDO AL MAXIMO!!!!!
hASTA LA VUELTA ENTONCES!!!!!
JULIO YECERRA.
Seguimos con atención su periplo.
ResponderEliminarAyer, viernes 19, hablo el presidente y manifestó que tiene resuelta la crisis eléctrica.
Eliseo
Reúnen en un libro cartas de amor de Pablo Neruda a Matilde Urrutia
ResponderEliminar“Amor mío, cuento las horas que me faltan para besar tu bocica adorada. Amor, amor, que me haces más falta que el aire”, le escribió Pablo Neruda a Matilde Urrutia en una de sus cartas, ahora reunidas en Pablo Neruda; cartas de amor, que, publicado por Seix Barral a principios de este mes, recoge la correspondencia inédita del autor.
La relación entre el escritor y Matilde Urrutia nació de forma furtiva, porque cuando Neruda la conoció en 1946 estaba casado con su segunda mujer, la pintora Delia del Carril, a la que estuvo unido casi veinte años, de gran importancia en su vida y de quien se separó en 1952.
Por ello, este epistolario, que comienza en 1950, es una muestra de las diferentes etapas por las que pasa este amor, que nace a hurtadillas y que se tiene que esconder, con celos, arrebatos de pasión, deseo y entusiasmo. El epistolario termina a mediados de 1973, pocos meses antes de que muriera el escritor chileno y premio Nobel, con unos textos más íntimos, serenos y recogidos, y estando ellos dos ya casados oficialmente.
Pablo Neruda murió el 23 de abril de 1973, doce días después del golpe de Estado que encabezó Augusto Pinochet para derrocar a Salvador Allende, y la última carta dice: “Mi Patoja adorada, me he preparado un mes para venir a esperarla y fíjese qué chasco! tuve un retroceso de la cadera desde hace tres días y no tengo más remedio que esperarla en nuestra isla. No se amargue por todo esto, todo va bien y esto pasará...”.
La edición, introducción y notas del libro han corrido a cargo del escritor chileno Darío Oses, experto en Neruda, quien reproduce la correspondencia en forma de facsímil, incluyendo las cartas con los papeles originales con dibujos impresos, como los que se envían desde Pekín, con bellas flores y símbolos, o postales, donde se ve la caligrafía, con las tachaduras o subrayados del autor de Canto general.
Matilde Urrutia conoció a Pablo Neruda en “un concierto en el parque forestal de Santiago de Chile”. Allí, un cruce de miradas abrió pasó a un intenso amor que el editor reproduce cronológicamente y que comienza con la “época del amor secreto”. Casi 23 años de correspondencia.
Un amor muy viajero que se tiene que encontrar en diferentes lugares de forma clandestina, ayudado por algunos amigos, como en la Atlántida a 40 kilómetros de Montevideo, donde hoy existe un museo en la casa que la pareja solía compartir de vacaciones.
Pero otro gran refugio, como recuerda Oses en la introducción, fue en un rincón de Santiago, en los faldeos del cerro San Cristóbal. “Estábamos embrujados por un ruido de agua”, dice Matilde, “era una verdadera catarata la que venía por el canal, en la cumbre del sitio. Pablo no cabía en sí de gozo: ‘Esto es lo más hermoso que he visto’ ”.
En las cartas de los últimos años, ya instalados en Isla Negra, Neruda ya no puede salir y Matilde es la que viaja. Y del inicio de “Amor mío, no sufras, no temas, mi vida la escogí yo y la escogí para ti también”, o de “Sueño mío, adorada mía, ¿sabes dónde vas?”, Neruda pasa a un sereno “Pantojilla, no hay nada de nuevo por acá, la vida pública agitada como de costumbre, la vida en la casa sigue igual”.
Su amor por los perros —a veces se dicen “mi perra”, “su cane”, los embarazos frustrados de varios hijos, la creación, sus viajes por el mundo, sus dolores, gozos o sufrimientos vitales— copan el contenido de estas cartas.
Este amor poéticamente también fue muy fecundo, escribe Darío Oses. Produjo dos libros: Los versos del capitán y Cien sonetos de amor y muchos poemas que quedaron en diversos libros como Estravagario, La barcarola y El amor y las campanas.
Fuente: EFE
Ey!!! y Uds cuando se piensan venir? Ya esta bueno... Por favor dile a Linda que deje el relajo y se venga. también dile a Margarita que le ponga preparo a David... Jajaja
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!!! Los recordamos siempre...
JAIRO
RENOVADOS SALUDOS tengan a bien recibir los amables portadores de la palabra mágica, autores yaracuyanos, hijos de la Reina María Leonza, cumbre del mito de esta fértil región de "verde que te quiero verde". ES MUY NOTORIO y digno de celebrar el que ya haya salido a la luz pública un CDROOM, en donde el poeta David Figueroa Figueroa cuenta con 7 composiciones de su autoría, plenas todas ellas de la traslúcida poesía que recorre las fronteras del canto. Dedicadas unas a al inmortal Beni Moré y en fin a la música cubana, a la guitarra, que a mi parecer encuentra homenaje también el buen García Lorca, y a su San Felipe en las venas del Yurubí. Así destacable y justica es, el fresco canto y la mano diestra de nuestro “Zurdo de oro”, Ramón Salcedo, quien inspirado en la nostalgia del ayer de un amor perdido en las brumas del recuerdo, evoca a través del canto la musa de su adoración que lo ilumina y eleva como a Dante, cuando la mirada toca el cielo radiante de los ojos de la bella Beatriz. Así gozamos en los aliviaderos de Mérida como los de San Felipe el contagioso ritmo que le imprime a la pieza que dice: “Señores, llegó mamerto, es un mamerto…”. MIS REVERENCIAS a la “sin par” Noelia que también he de conocer, a menos que sea otra treta de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, quien les haya brindado otra metáfora de bienvenida a tan distinguidos coterráneos. Conmemoramos un año más de ausencia/presencia del hermano mayor Rafael Zárraga, quien vibra también en vuestros corazones en el titilar de su discurso lírico, el tino de su prosa periodística, la precisión en el cuento, las ricas historias de sus novelas y la danza de los personajes en los escenarios de la vida, porque cuando uno ve a un Malaquías Rivero (Faustino Parra), Alexis Morei (Don Maximino), América Ramírez (Doña Lucana), y a otros tantos actores encarnando sus personajes, no deja de estar caminando también el recuerdo, hecho tabaco, plomo y justicia. SIGAN PUES desfrutando intensamente de las calles de España, rodeadas de recuerdos incrustados en ese silencio de la muchedumbre de ojos encontrados y desencontrados en medio de la duda. De quien les espera para beber y deshacer entuertos; Yony Osorio, San Felipe, Venezuela, 25 de febrero de 2010.
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