miércoles, 10 de febrero de 2010

TERCER DIA EN GIJÓN




Hoy, día sin planes, estaré más ocupado. Los cuatro compañeros han salido otra vez en plan de compras... no tengo interés en eso. Así que finalmente me dedicaré a leer y escribir en la comodidad del apartamento. Tengo aquí una obra sobre la generación beat que adquirió David, lo que me remite a aquellas conversaciones con Ennio sobre Kerouac, Corso, Ginzberg, y otros. Los gloriosos sesentas, tragados por el conformismo reinante.

Si salgo es para continuar con esta bitácora (a decir de Laure), revisar alguna librería y comprar lo necesario para el almuerzo. Gijón no es como Madrid, tiene un orden más definido, como una urbe recién hecha, con pocas reminiscencias a la antigüedad, salvo un pequeño espacio donde se encuentran las termas romanas con una estatua de Octavio Augusto. Es como un insoportable Barquisimeto. Yo tengo ahora más anhelos por estar en el pueblo de Bustos, pequeño, milenario, sencillo. Allí se trabaja para el consumo, no es como en las ciudades, que el "trabajo" consume a la gente. Pastar, ordeñar, hacer los quesos, cosechar... quiero estar ahí. Partimos mañana temprano. De cumplirse, esta bitácora tendrá en período de varios dias de silencio, porque allá no hay internet. Pero ¡vaya! que uno se las resuelve, seguiré escribiendo a lápiz y luego a darle con las teclas. ¿Se puede creer que se haga un viaje a un continente lejano para tomar la foto de un faro? Pues sí, sí se puede creer...




Una oportuna salida por los lados de la plaza San Miguel me hizo encontrar un libreria donde esperaban por mí dos autores que menester es llevarselos en este viaje. ¿Cómo no comprar Impresiones y Paisajes de García Lorca? Todos estos dìas hemos estado hablando de este poeta y me ha caído en las manos como un chocolate caliente... con churros. "¡Qué angustia tan dolorosa estos sepulcros de hombres que se mueven como muñecos en un teatro de tormentos!" ¿Que si valió la pena? Hace cierto tiempo leí unos comentarios sobre una obra ecandalosa de Fernando Vallejo, y aquí la encontré: La puta de Babilonia. ¡Claro que es escandalosa! Lo que hace es levantar roncha a la jerarquía eclesiástica, también lo metí en la bolsa. También ví por aquí al Caín de Saramago (lo hojeé fugazmente cuando lo mostró el científico allá en el templo etílico de la avenida Caracas), pero está más barato en Madrid.






3 comentarios:

  1. saludos camaradas son nuestros envajadores de los muerticos para europa

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  2. buen viaje espero que lo disfruten cuidado con david

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  3. Felicidades sigo día a día su travesía por España
    Saludos a los amigos.
    Eliseo Mora

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