¡¡Debemos arrojar a los oceanos del tiempo una botella de náufragos siderales, para que el universo sepa de nosotros lo que no han de contar las cucarachas que nos sobrevivirán: que aqui existió un mundo donde prevalació el sufrimiento y la injusticia, pero donde conocimos el amor y donde fuimos capaces de imaginar la felicidad!!
Gabriel García MárquezEste mensaje me lo ha enviado Wilder por Facebook. En unas pocas líneas se junta lo cósmico, los valores universales, los demanes en el mundo, la esperanza... muy a propósito del libro peregrino (¿recuerdan los Cuentos Peregrinos?) que dejé en la mesa de la cocina de aquella casa que nos resguardó del frío en Busto. Ya está en Gijón y se irá a París, para tomar vuelo hacia Venezuela y finalmente volver a mis manos en San Felipe. Salimos Linda y yo esta mañana con rumbo seguro hacia el Museo Sorolla. Subimos desde esta calle Hortaleza, donde está el Hostal y a medio camino encontramos una venta de libros nuevos y usados. Entramos y me traje El Proceso de Kafka, Canto a mí mismo de Whitman, el que tenía lo doné a la biblioteca ya clausurada de la escuela de artes plasticas. También están unos relatos cómicos de Edgar Allan Poe, que yo no conocía. Luego de seguir por la calle Almagro, doblamos a la izquierda y allí estaba.
Hay una gran virtud en el hecho quue el museo sea la casa del pintor. No estamos viendo solamente su obra, sino el ambiente donde se gestó y se produjo esa obra. Es una casa que fue acondicionando a su gusto, definiendo bien cada una de las estancias. Nos encontramos primeramente con los jardines, tres en total, densos en vegetación, fuentes y azulejos. Luego se suben unos pocos escalones y se llega a la recepción donde se abona apenas 3 euros, y ahí mismo están las grandes obras de este artista. Principalmente obras en gran formato, con temas marinos. La siguiente sala tiene algunos muebles y obras, y luego de ésta llegamos al taller. Un salón tan alto como pleno en objetos personales, muebles, implementos de pintura, mesas, escaparates. Conseguí una buena foto aérea de esta estancia. Lo demás es la sala, el comedor y la planta alta, donde se exhibe el resto de las obras.
Nos fuimo s en metro hasta puerta del sol, a ver si por fin comíamos en La Negra Tomasa. Nada, abrían a las 2 y media, y apenas era la 1. Así que apurados por la llovizna nos metimos en un restauran llamado El Secreto. Yo pedí codillos (mucha comida ) y Linda callos. Todo bien. Salimos al hostal y luego volvimos a salir para comprar algo a mi madre, y por el camino nos encontramos con la protesta contra la extensión de la edad para jubilarse.
David, Margarita y José se decidieron por el Parque del Buen Retiro, desde la mañana hasta la tarde. Dedicaron la mayor parte del tiempo al Palacio de Cristal, deteniñendose también en algunas especies florales inusuales, como esas que tiene forma de lechuga con distintos colores. Luego nos encontramos enla calle Montera, por casualidad, y también por casualidad David había almorzado los mismos codillos que yo, en otro restauran. Mañana en la mañana saldremos a pesar el equipaje, para evitar pagar más en el avión.
Eliseo: ¿Camaradas deseamos saber cuándo estarán de regreso a la amada patria?.
ResponderEliminarEsperamos para comparar una plática de sus andanzas.
Saludos a todos